No es cierto que todos los hombres piensen continuamente en el Imperio Romano, como se puso de moda decir hace un año a través de vídeos de TikTok. A mí, al menos, la época que me viene recurrentemente a la cabeza es el siglo XIX. No sabría explicar bien el motivo de mi fascinación por ese periodo. Puede que en parte sea porque es una de las épocas sobre las que mi visión ha cambiado más a lo largo de los años; o puede que sea al revés, y esté confundiendo la causa con el efecto; no lo sé. Aunque los recuerdos de este tipo suelen ser muy distorsionados, diría que una de las primeras cosas con las que asocié el siglo XIX de forma consciente fue con la Revolución Industrial, posiblemente por las clases de historia en el colegio. Y por eso una de las imágenes mentales más persistentes que recuerdo tener al pensar en ese siglo son representaciones dickensianas (antes de saber nada sobre Charles Dickens, creo), de damas con faldas con miriñaque y sombrillas, paseando junt
Aunque faltan unos meses para que termine el año, puedo asegurar ya que una de mis lecturas favoritas de 2024 es A History of Modern Linguistics . En este pequeño libro James McElvenny cuenta de forma concisa y amena la historia de la ciencia lingüística desde que empezó a conformarse como la ciencia moderna que es —a mediados del siglo XVIII— hasta los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Se trata en gran parte del mismo periodo del que hablo en el segundo capítulo de Palabras con sentido , y conocía el magnífico trabajo de McElvenny en este terreno a través de su podcast (muy recomendable) History and Philosophy of the Language Sciences , así que nada más supe de la publicación de este libro, a comienzos de este año, rápidamente me hice con él. Con él he vuelto a recorrer en ese periodo dorado de la filología y la lingüística que fue el fascinante siglo XIX, visitando algunos personajes y acontecimientos desde otros puntos de vista, aprendiendo cosas nu